Thursday, May 20, 2004

revelación

Sin que yo sepa cómo, cuándo, dónde, ni por qué, un día empezaste a descubrir que no te llenaba más. De nada me sirve ahora saber que puedo ser un tipo maravilloso si es que no puedo tenerte. Y me pregunto por qué te necesito tanto Janet, ¿por qué?
Si todo empezó como un juego en donde yo sabía a lo que me atenía, un juego con una niña libre que de repente me regaló un contrato de exclusividad que un día dejó de respetar sin avisar, casi a quemarropa. -Te lo dije- dijo el hemisferio izquierdo.
Y de repente empecé a hacer autocrítica y de repente empecé una “enumeración de los hechos” y descubrí que dejé de redactar mensajes telefónicos; y descubrí que tardé en llevar flores a la casa, nuestra casa; y descubrí que deje alimentar mis celos de cavernícola y dejé que mi posesión de ti en la cama se convirtiera en posesión de ti en la vida diaria...
Freno en seco.
Revisé mi teléfono y en la bandeja de no enviados encontré un mensaje que habias dejado escrito que decía que querías hacerme feliz toda la vida, otro que decía que eras mi niña, la única y "nada de niñas tontas que no saben leer"... y lloré a lágrima viva porque no encontré uno mío hacia el tuyo.
Ahora parece demasiado tarde, pero quiero pensar que no es así. No duermo, no sueño, no pienso. Te sonará a chantaje pero nada es igual para mi; todo falta, mi mundo se cae en pedazos que no quiero recoger.
Acelero a fondo.
Me alejo y me hundo, me dejo llevar por tu ausencia, por tu carencia, me sumerjo en lo más profundo de un abismo del que no quiero salir. Curiosamente me quedo ahí porque todo esto está acompañado de una canción que se oye por demás en cualquier estación. Te imagino, te anhelo, te reconstruyo en mi mente. Entro a mi computadora no para escribir, sino para verte y evocarte, viendo una tras otra vez las fotos y videos webcameros que tengo de ti. Esto es lo que he estado haciendo desde que te fuiste, desde que desapareciste. Pareciera una crisis de ansiedad como cuando no se tiene una poderosa droga. Y me flagelo y me someto a “hubieras” que tal vez no llegarán. Los celos malaondosos me carcomen, me desgarran, me pisotean y me desmadran. Quisiera aunque sea migajas de ti. La cama no es igual sin ti, sin tu calor, sin tu cuerpo que se acopla tan perfectamente al mío. Ahora lo sé, debí escapar contigo cuando pudimos, cuando lo sugeriste. Me veo en el espejo y parece que veo un cobarde que no hizo nada, nada...
Quizá ambos estemos equivocados pero chingue a su madre, nadie dijo que tenía que ser perfecto.
Y te necesito.
Necesito el olor de tu mano que segundos antes, mientras dormías, estuvo en tu sexo; necesito mis manos entre tu cabello jalándolo suave pero firmemente, necesito oírte, saber que ríes, que gimes, que tu placer es el mío, que mis ahora tristes ojos cuentan tus felices pecas, necesito verte ponchar de esos gallos que no cantan, necesito verte de espaldas mostrando una tanga, necesito ver tu piel erizada por efecto del agua fría, necesito, necesito...
Me vale madres que haya que entender reglas que jamás entendí, porque estoy dispuesto a todo con tal de no perderte Janet, me vale madre que haya que dejarlo todo porque lo haré, me vale madres que me contradiga y que mientras diga que te aborrezco, en el fondo te esté deseando, vuelve por favor vuelve, y si no eres mi pareja “formal”, sé mi amante, mi amiga, o lo que quieras que sea aunque no esté dentro de la “etiqueta sentimental”, guardemos espacios pero estate cerca. Quiero olvidarlo todo y llenarme de ti, de tus cosas, de tus múltiples puntos de vista, contradictorios, escandalosos, certeros y no, quiero volver a nacer contigo y para ti, quiero crear neologismos para compartirlos contigo, porque con eso seré feliz.
Ojalá esa boca tuya vuelva a empapar la mía, ojalá mi semen vuelva a embarrarse en tu piel, ojalá mi lengua pueda seguir llegando a esos lugares recónditos de tu salvaje geografía al tiempo que mi nariz memoriza con paciencia tus aromas de mujer, ojalá mis uñas vuelvan a desgarrarte la espalda, ojalá, ojalá...
Busco fundamentos teóricos para entenderte y es entonces donde se juntan Sabines y Sabina, con retórica ad-hoc para el momento...” No es que muera de amor por ti... muero de ti...”
Y de repente empecé a recordar los buenos momentos cuando comenzamos nuestra historia juntos, y de repente descubrí que eres la mujer más fascinante de mi kardex, la que me hizo sentir vivo otra vez, la que me hizo confrontarme a mi mismo y cuestionarme todo lo que creo y lo que soy, la que tiró mis esquemas, la que me dio el orgasmo más largo de toda mi vida. Te lloro Janet, pero también te gozo, te destierro pero también te añoro; tengo en mis manos en este momento un cocktail de emociones que desearía que fueran tragos para olvidarte si es que no me extrañas ni un momento exiguo. Me vengo, me vine pensando en ti contemplándote en la pantalla, pero no sólo es tu sexo hermoso del olor dulce lo que tanto busco, sino tu compañía, tu mirada, las expresiones de tu cara, tu dormir desnuda, tus caricias, tus besos interminables con aliento a marihuana, el sudor de tus axilas no-rasuradas, tus pies sucios de tierra que no cubre el huarache, tu ropa vieja y cómoda, tus actitudes, tus desplantes, hasta té para tres si es necesario, quiero eso y nada más que eso.
Sólo sé que te necesito y que daré todo lo que esté a mi alcance con tal de que estés conmigo, sólo así no será un sacrificio sino un acto voluntariamente plácido... y no te escribo esto porque esté tomado no, no, no... te escribo esto porque tengo la sensación de que si no lo digo, tal vez reviento de amor y desenfrenada pasión por ti.
Y todo esto ha servido para descubrir que desde el fondo y la superficie te amo como nunca imaginé. Vuelve por favor, dame la oportunidad de seguir siendo el hombre de tu vida, que esas palabras tuyas no hayan sido producto de la irresponsabilidad de decir promesas maravillosas en la cama, porque tú Janet López Arzate, por mucho, eres la mujer de mi vida.
La única.